Mutari In Alitem
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LIBRO PUBLICADO
MUTARI IN ALITEM
ISBN: 978-84-9923-439-7
Nº Páginas: 224 pags
Género: Prosa poética
Tamaño: 170x240
Año de edición: Junio 2013
Formato papel
20,00 euros (IVA incl.)
AUTORA, Pilar García Puerta:
EDITORIAL, CULTIVA LIBROS:
AMAZÓN
INFORMACIÓN
Teléfono: 680214329 (Autora)
pilar_ge@hotmail.com (Autora)
Teléfono: 912.780.947
info@cultivalibros.com (Editorial)
Yo sueño te veo indefinidamente superpuesta a ti misma
Estás sentada en el alto taburete de coral
Ante tu espejo siempre en su cuarto creciente
Dos dedos sobre el ala de agua del peine
Y a la vez
Vuelves de viaje te retrasas la última en la gruta
Brillante de relámpagos
No me reconoces
Estás tendida sobre el lecho te despiertas o duermes
Te despiertas donde estuviste dormida o en algún otro lugar
Estás desnuda la bola de saúco rebota aún
Mil bolas de saúco bordonean encima de ti
Tan livianas que a cada instante son ignoradas por ti
Tu aliento tu sangre salvados de la loca truhanería del aire
Cruzas la calle los coches precipitados hacia ti no son más que su sombra
Y la misma
Niña
Cogida en el fuelle de lentejuelas
Saltas a la cuerda
Tiempo suficiente para que asome en lo alto de la escalera invisible
La única mariposa verde que frecuente las cimas de Asia
Acaricio todo lo que fue tú
En todo lo que sigue aún
Escucho silbar melodiosamente
Tus brazos innumerables
Única serpiente en todos los árboles
Tus brazos al centro de los cuales gira el cristal de la rosa de los vientos
Mi fontana viva de Shiva.
André Bretón
PATRIA DE PÁJAROS
VIDA EN EL PALACIO
La Rosa de Nadie
TANTAS ESTRELLAS que
nos ofrecen. Yo estaba,
cuando te miré -¿cuándo?-
fuera en
los otros mundos.
Oh esos caminos, galácticos,
oh esa hora, que nos
preponderó las noches en
la carga de nuestros nombres.
No es
verdad, lo sé,
que viviéramos, sólo
pasó ciego un aliento entre
el allí, el no-allá y el a veces,
como un cometa silbó un ojo
hacia aquello extinguido, en las gargantas,
allí, donde se entremoría el fulgor, estaba
espléndido en tetas el tiempo,
en el ya crecía, decrecía
y recrecía lo que
es o fue o será,
yo sé,
yo sé y tú sabes, sabíamos
no sabíamos, sí
estuvimos aquí y no allí,
y a veces, cuando
sólo la nada estaba entre nosotros, nos encontramos
uno al otro totalmente.
Paul Celan
extraído de ti
vagando en los retazos de tu piel
hecha pared,
golpeando los días contra las noches,
yendo y volviendo
desde las sombras a la luz.
Llegas a mí con tus mañanas de agua,
de brazos, de muros o de piedra
que aún mis pies no han explorado.
Camino todavía
rumbo a tu voz inextinguida,
recogiendo pedazos de atardecer
que organizabas delante de mis ojos,
¡oh majestuoso y devastado
país del sueño!
Centinelas azules en tus lejanos pasadizos
vuelven a puntear
mi atribulado corazón
danzando entre el verde del adiós,
¿dónde pusiste el color del cristal,
la ternura indeleble de los labios,
el azorado desfile del tiempo?
Esta noche te yergues ante mí
con un silencio tentacular,
hoy tengo que leerte
en las ramificaciones
de cada una de tus heridas,
¡oh madre de todos los días del porvenir!,
¡oh madre incandescente!
domingo 21 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
viernes, 22 de junio de 2018
jueves, 10 de septiembre de 2009
La Lata De Sardinas
I
La Lata De Sardinas
Las mañanas de invierno eran limpias. Tan limpias que todo se grababa en ellas. El frío intenso estrechaba a todos los habitantes de aquel pueblo en un mismo abrazo: a la hora de ir a la escuela, (...) El pequeño gesto de amor iba metido dentro de una lata grande de sardinas...
VIDEO PRIMERO
VIDEO SEGUNDO
La Silla
Era blanca y azul, de cuadritos; bajita, muy bajita para que se pudiera sentar una niña de menos de siete años,...
jueves, 13 de agosto de 2009
La Cartera
Debo respetar ese tipo de decisiones...
Los Camiones
Los Camiones
Es así de donde en las escuelas sacaron la idea de que los niños se levantaran muy temprano para resolver los primigenios ejercicios de cálculo y armaran el sorprendente espectáculo de los abecedarios y tanto, tanto crecieron las palabras y los números, que no supimos ponerle matices y medidas al tiempo que allí pasamos todos aquellos niños, y yo, sin tan siquiera imaginar que pronto me iría muy lejos.
lunes, 10 de agosto de 2009
La Otra Cartera
La Otra Cartera
Tengo que admitir que desconozco la razón de mis hurtos clandestinos ya que no necesitaba comprar nada...
El Rosa, Paseo de la Habana
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