La Rosa de Nadie
TANTAS ESTRELLAS que
nos ofrecen. Yo estaba,
cuando te miré -¿cuándo?-
fuera en
los otros mundos.
Oh esos caminos, galácticos,
oh esa hora, que nos
preponderó las noches en
la carga de nuestros nombres.
No esverdad, lo sé,que viviéramos, sólopasó ciego un aliento entreel allí, el no-allá y el a veces,como un cometa silbó un ojohacia aquello extinguido, en las gargantas,allí, donde se entremoría el fulgor, estabaespléndido en tetas el tiempo,en el ya crecía, decrecíay recrecía lo quees o fue o será,yo sé,yo sé y tú sabes, sabíamosno sabíamos, síestuvimos aquí y no allí,y a veces, cuandosólo la nada estaba entre nosotros, nos encontramosuno al otro totalmente. Paul Celan
Es intangible tu color
extraído de ti
vagando en los retazos de tu piel
hecha pared,
golpeando los días contra las noches,
yendo y volviendo
desde las sombras a la luz.
Llegas a mí con tus mañanas de agua,
de brazos, de muros o de piedra
que aún mis pies no han explorado.
Camino todavía
rumbo a tu voz inextinguida,
recogiendo pedazos de atardecer
que organizabas delante de mis ojos,
¡oh majestuoso y devastado
país del sueño!
Centinelas azules en tus lejanos pasadizos
vuelven a puntear
mi atribulado corazón
danzando entre el verde del adiós,
¿dónde pusiste el color del cristal,
la ternura indeleble de los labios,
el azorado desfile del tiempo?
Esta noche te yergues ante mí
con un silencio tentacular,
hoy tengo que leerte
en las ramificaciones
de cada una de tus heridas,
¡oh madre de todos los días del porvenir!,
¡oh madre incandescente!
domingo 21 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
No es verdad, lo sé, PAUL CELAN
No es
verdad, lo sé,
que viviéramos, sólo
pasó ciego un aliento entre
el allí, en no-allá y el a veces,
como un cometa silbó un ojo
hacia aquello extinguido, en las gargantas,
allí, donde se entremoría el fulgor, estaba
espléndido en tetas el tiempo,
en el que ya crecía, descrecía
y recrecía lo que
es o fue o será.
-Paul Celan-
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